BBC Mundo.- El virus H1N1 regresó al hemisferio norte y varios países de la región ya comenzaron sus campañas de vacunación contra la gripe porcina.Pero junto con el nuevo tratamiento llegó también la controversia y hostilidad que, como suele ocurrir siempre, rodean a las nuevas vacunas.Tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido ha habido críticas, por ejemplo, sobre la velocidad con que fue desarrollada esta vacuna y se ha puesto en duda su seguridad.Asimismo, muchos recuerdan lo que ocurrió en Estados Unidos en 1976 cuando se pronosticó una epidemia de gripe porcina y se lanzó una campaña de vacunación contra la enfermedad.En los primeros días de la inoculación se dio a conocer que aproximadamente una de cada 100.000 personas que recibieron la vacuna desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré, un raro trastorno nervioso que puede provocar parálisis.Los informes en los medios de comunicación -muchos sensacionalistas y exagerados- responsabilizaron a la vacuna, y las acusaciones -sin fundamento- fueron tan intensas que se suspendió la vacunación.Hasta ahora se desconocen las causas de este síndrome y algunos científicos piensan que el aumento en la incidencia de la enfermedad ese año fue una desafortunada coincidencia.Los científicos afirman que con todas las vacunas existe una posibilidad de que la persona sufra efectos secundarios y por eso, dicen, es muy importante seguir un control y monitoreo adecuado durante la vacunación.
Ideas equivocadas
Pero mucho ha cambiado desde 1976, y ahora es posible responder a los rumores de salud pública de forma casi instantánea.Por eso, esta semana, tan pronto como comenzó la vacunación en Estados Unidos, el doctor Thomas Frieden, director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dedicó una larga conferencia de prensa a calmar a un público nervioso y despejar lo que dijo eran "mitos e ideas equivocadas" sobre la nueva inoculación."La gente está preocupada por la vacuna -dijo el funcionario- y eso se entiende. Sería mejor que no tuviéramos que vacunarnos o tomar medicinas para estar sanos.""Pero la vacuna es la mejor herramienta para protegernos de la influenza, porque no sólo evita que nos enfermemos de forma severa, sino también previene la propagación de la enfermedad", dijo.Según el doctor Frieden, otra idea errónea que se tiene es que la gripe porcina es una "enfermedad ligera".Según el experto, aunque la mayoría de la gente se recupera, "en promedio la influenza no es una enfermedad ligera"."Es un mal que puede incapacitarte durante dos o tres días, enfermarte severamente y en casos raros -subrayó- puede matar".El funcionario también rechazó las sugerencias de que la nueva vacuna es insegura o que no ha sido probada de forma adecuada.Afirmó que "fue creada, desarrollada y purificada de la misma forma y por la misma gente que ha desarrollado cientos de millones de vacunas de influenza estacional"."Y los rápidos ensayos clínicos realizados el mes pasado mostraron la carencia de graves efectos secundarios", dijo.Se espera que millones de personas en todo el mundo reciban la vacuna y por supuesto existe la probabilidad de que algo malo le ocurra a algún individuo que acaba de ser inmunizado: un infarto, un aborto o un derrame cerebral.Pero no siempre será culpa de una vacuna, dicen los científicos.
Miedo a lo desconocido
Tal como dijo a BBC Ciencia el doctor Juan Ortín, virólogo experto en virus de gripe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, "yo no veo más que el temor propio a lo desconocido"."Esto es normal porque en una vacunación se administra a una persona sana una forma de medicamento y claro que es diferente darle un medicamento a una persona que está sana -aunque sabemos que es muy útil para prevenir la infección- a dárselo a una persona que está enferma".Según el científico "no hay motivos para pensar que esta vacuna es más insegura".
"Porque se han hecho las mismas pruebas que se hacen para la vacuna de gripe estacional"."La única salvedad que uno puede pensar es que éste es un virus diferente. Pero aun el virus estacional cada año es diferente también, así que esa reserva podría aplicarse a cualquier vacuna estacional nueva que se genera cada año", dijo.Lo cierto es que el virus H1N1 ya infectó a millones de personas en todo el mundo y tal como dice la Organización Mundial de la Salud, si se le deja sin control podría contagiar a más de 2.000 millones de individuos.Y la mejor forma de controlar la epidemia y de evitar complicaciones de la enfermedad es la vacunación.Tal como subraya el doctor Ortín, principalmente se recomienda la vacunación a los grupos de riesgo, como mujeres embarazadas y adultos jóvenes cuyo sistema inmune pudiera estar comprometido por otros trastornos."Las vacunas de gripe no evitan 100% la infección, pero como lo han demostrado las vacunas estacionales previenen en gran medida las infecciones graves y la muerte inducida por estas infecciones"."Por tanto es muy importante vacunarse" expresa el doctor Ortín."Sobre todo las personas de grupos de riesgo con quienes sabemos están dando lugar a infecciones graves y a una mortalidad que aunque no es muy grande, sí está claramente dirigida a grupos diferentes a los de la gripe estacional, como personas de edad media y adultos jóvenes que podrán tener algunos factores de riesgo adicional".
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