El Universal.-
El fallecimiento de una médica aragüeña, portadora del virus AH1N1, agravó una preocupación que desde hace varias semanas ha manifestado el gremio médico: lo poco protegidos que contra el virus están los profesionales de la salud, incluso aquellos que suelen estar en contacto con enfermos de la nueva influenza. A esto se suma otro elemento: no todos los hospitales y clínicas saben cómo proceder con el personal que reporta síntomas de influenza. "Sabemos que varios médicos, residentes, especialistas y enfermeras han adquirido la nueva influenza AH1N1 en su sitio de trabajo. En algunos centros sanitarios no se les envía a su casa y los obligan a trabajar aun estando enfermos y en otros no se les toma la muestra para investigar el virus", expresa Ana Carvajal, directiva de la Red de Sociedades Científicas de Venezuela. También reportan escasa dotación de equipos de protección contra el virus. Aseguran que, a excepción del Clínico Universitario, centro de referencia para influenza AH1N1 en el Distrito Capital, "en la mayoría de los hospitales del Área Metropolitana y del interior del país hay escasez de equipos de protección personal, como respiradores N95 y otros implementos", cuyo uso es obligatorio para los trabajadores que estén en contacto con personas sospechosas de padecer influenza, "quedando los trabajadores en riesgo de adquirir la enfermedad". Entre las estrategias recomendadas para mitigar los posibles efectos de una pandemia de influenza se encuentra el componente de salud ocupacional, que es el que se refiere a los trabajadores de la salud, y que incluye establecer "no sancionar la ausencia al trabajo" del personal que reporte síntomas de influenza o la esté padeciendo. A todos los trabajadores de las áreas expuestas potencialmente al AH1N1, como neumonología, emergencia, medicina interna, terapia intensiva y pediatría, entre otras, es necesario abrirles fichas de seguimiento que incluyan datos de profilaxis y ausencia laboral. La Organización Mundial de la Salud recomienda que trabajadores de clínicas y hospitales cuenten con las inmunizaciones sugeridas para fortalecer el sistema inmunológico en caso del ataque de la influenza. Por otra parte, trabajadores que sean inmunosuprimidos o estén embarazadas deben evitar todo contacto con pacientes sospechosos de portar el virus. Las embarazadas deben pedir reubicación a un área de menor riesgo. "Si se detecta algún brote en un área determinada, los trabajadores afectados deben recibir tratamiento específico con oseltamivir y cumplir aislamiento en sus casas por siete días. El resto de los trabajadores deberán ser supervisados estrictamente", concluye Carvajal.
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