Directrices provisionales con relación a los adultos y adolescentes infectados por el VIH: Información para los médicos sobre el virus de la influenza H1N1 tipo A de origen porcino.(CDC)
información general
Las infecciones en las personas por el virus de la influenza tipo A (H1N1) de origen porcino transmisible entre seres humanos se identificaron por primera vez en abril del 2009 en casos en los Estados Unidos y México. En la actualidad, se está investigando la información epidemiológica y los cuadros clínicos de estas infecciones. En estos momentos no se dispone de suficiente información para determinar qué personas tienen un riesgo más alto de sufrir complicaciones debido a la infección por el virus de influenza tipo A (H1N1) de origen porcino. Sin embargo, los adultos y los adolescentes con infección por el VIH, en especial las personas con bajo recuento de linfocitos CD4 han mostrado tener un mayor riesgo de contraer infecciones bacterianas o virales en las vías respiratorias inferiores y neumonías recurrentes.Los estudios en las personas infectadas por el VIH que tuvieron influenza estacional demostraron que la influenza puede ser más grave en los adultos y adolescentes infectados por el VIH; no obstante esta información es limitada. Sin embargo, se han publicado en varios estudios tasas de hospitalización más elevadas, enfermedades prolongadas y aumento en la mortalidad, en especial entre las personas con sida. Por lo tanto, las personas inmunodeprimidas, entre estos los adultos y adolescentes infectados por el VIH y en especial las personas con bajo recuento de linfocitos CD4 o sida pueden presentar complicaciones más graves de influenza estacional y es posible que los adultos y los adolescentes infectados por el VIH también tengan un riesgo más alto de padecer complicaciones por el virus de la influenza de origen porcino.
Cuadro clínico
Es de esperar que los adultos y adolescentes infectados por el VIH y con influenza porcina presenten enfermedades respiratorias agudas típicas (p.ej., tos, dolor de garganta, rinorrea) y fiebre o febrícula, dolor de cabeza y dolores musculares. Para algunas personas infectadas por el VIH, en particular las personas con bajo recuento de linfocitos CD4, la enfermedad puede progresar rápidamente y puede complicarse a causa de infecciones secundarias bacterianas incluso neumonía. Deben realizarse pruebas en las personas infectadas por el VIH que se presuma tienen una infección por el virus de la influenza tipo A (H1N1) de origen porcino (ver directrices para la recolección de muestras [en inglés]) y las muestras tomadas de personas infectadas por el VIH y con infecciones por el virus de la influenza tipo A, que no se puedan subtipificar, deben ser enviadas al laboratorio estatal de salud pública para diagnósticos adicionales con el fin de identificar el virus de la influenza tipo A (H1N1) de origen porcino.
Las personas infectadas por el VIH deben estar atentas a los signos y síntomas de la influenza, de la manera en que se menciona anteriormente. Las personas infectadas por el VIH que están preocupadas de que puedan estar presentando signos o síntomas de infección por influenza o de que puedan haber estado expuestas a un caso de infección, ya sea probable, presunto o confirmado, por influenza estacional o tipo A (H1N1) de origen porcino, deben consultar con su proveedor de atención médica para que evalúe la necesidad de realizar pruebas y de un posible tratamiento contra la influenza o profilaxis.
Tratamiento y quimioprofilaxis
El virus de la influenza tipo A (H1N1) de origen porcino que está circulando en la actualidad es sensible a los medicamentos antivirales inhibidores de la neuraminidasa: zanamivir y oseltamivir, pero es resistente a los medicamentos antivirales del grupo adamantane: amantadina y rimantadina. Los adultos y adolescentres infectados por el VIH que se considere tienen casos presuntos, probables o confirmados de infección por el virus de la influenza porcina tipo A (H1N1) de acuerdo a las actuales definiciones de casos (ver directrices para las definiciones de casos) deben recibir tratamiento antiviral empírico. Los adultos y adolescentes infectados por el VIH que están en contacto cercano con casos confirmados o probables de influenza tipo A (H1N1) de origen porcino deben recibir quimioprofilaxis antiviral. La quimioprofilaxis antiviral con oseltamivir o zanamivir se debe considerar para las personas infectadas por el VIH que tienen contacto cercano en el hogar con un presunto caso.
Estas recomendaciones para el tratamiento y la quimioprofilaxis son las mismas que se usan para otras personas que tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por la influenza. Tal como se recomienda para otras personas que reciben tratamiento, se debe iniciar el tratamiento antiviral con zanamivir o oseltamivir tan pronto sea posible después de la manifestación de los síntomas de la influenza, y se espera que los beneficios sean mayores si el tratamiento se comienza dentro de las 48 horas de aparición de la enfermedad, de acuerdo a estudios realizados sobre la influenza estacional. Sin embargo, datos obtenidos de estudios sobre la influenza estacional indican que los pacientes hospitalizados se benefician aun cuando el tratamiento empiece más de 48 horas después de la aparición de la enfermedad. La duración recomendada del tratamiento es cinco días y la de la profilaxis es de 10 días después de la última exposición. El tratamiento con oseltamivir y zanamivir y la pauta posológica para la quimioprofilaxis recomendados para las personas infectadas por el VIH son los mismos que los recomendados para los adultos con influenza estacional. Los médicos deben vigilar de cerca a los pacientes bajo tratamiento y deben determinar la necesidad de extender el tratamiento con base en la evolución de la enfermedad. Las recomendaciones para el uso de antivirales contra la influenza en los adultos y adolescentes infectados por el VIH pueden variar a medida en que se disponga de más información sobre los beneficios y riesgos del tratamiento antiviral en dichas personas.No se han reportado efectos adversos entre los adultos y adolescentes infectados por el VIH que recibieron oseltamivir o zanamivir. No se sabe de contraindicaciones específicas para la administración conjunta de oseltamivir o zanamivir con medicamentos antirretrovirales actuales.
Otras maneras de reducir el riesgo en adultos y adolescentes infectados por el VIH
Todavía no hay disponible una vacuna para prevenir la influenza tipo A (H1N1) de origen porcino.
El riesgo de contraer la influenza tipo A (H1N1) de origen porcino puede disminuirse tomando medidas para reducir la posibilidad de exposición a personas con infecciones respiratorias. Estas medidas incluyen el lavado frecuente de las manos, cubrirse la boca al toser y hacer que las personas enfermas se queden en casa, excepto para obtener atención médica, así como disminuir el contacto con otras personas en la casa que puedan tener el virus de la influenza de origen porcino. Otras medidas que pueden limitar la transmisión de una nueva cepa de influenza son la cuarentena voluntaria en el hogar de las personas con casos probables o confirmados de influenza porcina, la disminución del contacto social innecesario y el evitar en lo posible entornos donde haya muchas personas. Si se usan correctamente, las mascarillas y los respiradores pueden ayudar a reducir el riesgo de adquirir la influenza, pero se deben utilizar junto con otras medidas de prevención como evitar el contacto cercano y mantener una buena higiene de las manos. Un respirador que se ajuste bien a la cara puede evitar que se filtren las partículas pequeñas que se suelen inhalar a través de los bordes de una mascarilla, pero a diferencia de las mascarillas, la respiración con el respirador se hace más difícil durante periodos largos. Se ofrecen directrices provisionales sobre las maneras de disminuir el riesgo de contraer el virus de la influenza de origen porcino. Estas directrices se actualizarán a medida que se disponga de más información, incluida información sobre el riesgo de complicaciones relacionadas a la influenza de origen porcino en adultos y adolescentes infectados por el VIH.
Se les debe recordar a los pacientres de la importancia de mantener su salud como una manera de reducir su riesgo de infección por influenza y de mejorar la capacidad de su sistema inmunitario para responder ante una infección en caso de que ocurriese. En particular, se les debe recordar a los pacientes que en la actualidad están recibiendo profilaxis antimicrobiana o antirretroviral contra infecciones oportunistas de la importancia de seguir estrictamente el tratamiento recetado.
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Fuente: CDC
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